
La feria mueve otras economías, y además tiene la virtud de sacar ese carácter tan nuestro de reírnos hasta de nuestra sombra, de poner al mal tiempo buena cara, y así convertirse en válvula de escape a nuestros problemas, aunque sea de una manera temporal. Es importante tener esa manera de evadirse, aunque quizá deberíamos ser más consecuentes con la realidad en la que nos encontramos y valorar si el montante económico que le dedicamos es el necesario para que haya celebración, y si son adecuados 9 días de feria (y lo que supone de disminución del trabajo de los que lo tienen)...pero si no acabó con nuestra feria ni una epidemia de peste y fiebre amarilla...¿va a poder la crisis?
Bajemos a la feria, disfrutemos y tratemos de hacer feliz a alguien de los que ahora lo están pasando peor,...derrochemos...pero derrochemos alegría, no escatimemos en buenas maneras, seamos manirrotos en felicidad, despilfarremos buenos momentos y carguemos las pilas para este nuevo curso...donde trabajemos con la misma intensidad con la que nos debemos divertir ahora y eso sí, busquemos las casetas de las ONGs y asociaciones benéficas Muy buenos días.
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