lunes, 27 de abril de 2015

Mi heroína

Ella, una joven de Jaén de 29 años, tras haber pasado el cáncer de su madre, con una intervención, un año de quimioterapia, caída de cabello, ganas de vomitar, le informan de que su madre tiene un gen, posiblemente hereditario, que es el que la ha predispuesto al cáncer, con lo que deben hacerle un estudio a ella y su hermana.

Unos 9 meses después le llaman para hacerle unos análisis, y 5 meses más tarde, o sea, el mes pasado le llega una cita de la oncóloga para darle los resultados sobre el gen, cita a una semana vista, 7 interminables días con sus noches, días de 24 horas que parecían no avanzar, 7 días vividos con el tiempo ralentizado...una semana que se hace eterna...de ahí una prueba de marcadores tumorales  ...finalmente le comunica resultados positivos (o sea, que posee el gen), positivos desde el punto de vista analítico, negativos desde el humano: el shock es inmediato. 

La conclusión es que tiene bastante más probabilidad que cualquiera de padecer un cáncer, y eso supone que
cada 6 meses tiene que ser controlada (marcadores, mamografías, análisis,...), una suerte el que ahora se pueda controlar y quizá descubrir para prevenir...una suerte dentro del infortunio. Y si complicado es aceptar el que tienes más posibilidades que otra persona, más lo es cuando lo has vivido tan de cerca, pensar que puede volver a pasar por el infierno que ha su madre, y comienza la primera espera, la angustiosa espera...

Y con eso el que inevitablemente a cualquier dolencia desde ahora le asigne el origen tumoral, o lo duro de saber que se convierte en transmisora del gen a sus futuros descendientes...el gen, y por tanto ese angustioso modo de vida,...

Tras conocer lo negativo de los resultados, se debía realizar una mamografía y un TAC (que no se pueden realizar por problemas técnicos), un análisis de marcadores tumorales y estudio ginecológico, y es citada para conocer los resultados que arrojan para el 16 de este mes,...y tras las noches sin dormir, por haber sólo una oncóloga de oncología hereditaria, y no ser consultas cuya hora se pueda predecir, se vuelve a retrasar una semana la entrega de resultados, con la consiguiente incertidumbre, noches en vela, angustias...finalmente el miércoles pasado acude a la consulta... afortunadamente los marcadores no dan indicios de presencia de cáncer al igual que las pruebas ginecológicas...y a falta la mamografía y el TAC, se aplazan las incertidumbres hasta noviembre.

Somos personas, hay mucho en lo que recortar, pero hay otras en las que sería importante humanizar, cada semana de restraso tan sólo en comunicar los resultados, cada hora de ineficiencia administrativa o imposibilidad por escasez de profesionales no son simples 60 minutos de espera, son eternos segundos de miedos, dudas e incertidumbres...menos asesores, menos cargos intermedios, menos aduladores y más oncólogos, psicólogos e investigadores ante esta pandemia que a todos nos está afectando ¿o acaso, queridos oyentes, no tienen todos algún caso de cáncer en su círculo más próximo?.


lunes, 13 de abril de 2015

No se pueden sumar peras con manzanas, pero sí personas

El exministro Juan Fernando López Aguilar ha sido imputado por violencia de género. 

El mero hecho de hablar del tema ya supone en esta sociedad lo que se conoce como "pena de telediario", debido a la enorme y justificada repulsa social que causan las denuncias por violencia contra la mujer. Evidentemente no voy a entrar a juzgar cuánto de cierto puede haber en las declaraciones de sus hijos, ex mujer o excuñada, o en las del que fuera ministro de justicia, y como siempre me voy a limitar a dar datos para que sean ustedes mismos quienes, queridos oyentes, saquen sus conclusiones:

En España hay vigente una Ley de Violencia de género, que como toda ley tiene sus virtudes y sus carencia. Esa ley establece que ante denuncias de género los acusados, incluso con denuncias inverosímiles, pasan la noche en comisaría. No hay presunción de inocencia para un varón denunciado, y si quizá no tiene pena de telediario sí la tiene de vecindario, familiar, en el trabajo y en su propia estabilidad psicológica. 
Creo que el exministro merece la presunción de inocencia, pero también la merecen el resto de ciudadanos, independientemente de su género. Recordemos que en una denuncia contra una mujer, ésta sí tiene la presunción de inocencia y no es llevada al cuartelillo, si embargo un hombre sí.

Es evidente que algo falla en el sistema. Y algo falla porque entre 2005 y 2012 se presentaron más de un millón de denuncias, llegando a juzgarse sólo 328.000, de las cuales 208.000 fueron sentencias condenatorias. Son 208mil frente a un millón, ¿pocas?, ¡una barbaridad!, y lo que es peor, las que no se han denunciado, y las que siguen muriendo, sí, en esta sociedad supuestamente avanzada, siguen muriendo mujeres en manos de sus parejas o exparejas. Eso es lo que falla, y la solución la debemos de poner entre todos. Y la solución va desde el desprecio al que cuenta un chiste que ridiculiza a una mujer por el hecho de serlo, hasta una legislación coherente, donde no debe primar una condena a priori del género masculino como venganza a una injusticia social histórica de discriminación a la mujer, sino donde la legislación comience por una educación desde la base, formación, concienciación....ésa es a legislación que falla,  la educativa. Mientras desde pequeño un chico no vea a una chica de igual a igual de nada vale que aprenda a sumar, y se lo dice un matemático. 

Y acabo con una lección de matemáticas: siempre hemos enseñado que no se pueden sumar peras con manzanas, sin embargo, queridos oyentes, lo que sí que se pueden, y deben, es sumar hombres con mujeres, porque estamos sumando personas, y esto debemos aprenderlo antes de empezar a sumar números.


lunes, 6 de abril de 2015

Programa Emple@Joven: ¿limosna electoral o el primer paso necesario?

Seguramente muchos de ustedes han oído hablar del Programa Emplea Joven de la Junta. Consiste en un paquete de acciones, junto a 200 millones de euros, para el estímulo del primer empleo juvenil.

El dinero va a los ayuntamientos, que son quienes en último término contratan a estos jóvenes (hay otro plan similar para mayores de 45 años desempleados).

Por poner un caso concreto, en el Ayuntamiento de Jaén han entrado a trabajar 220 jóvenes gracias a este programa, con un contrato que comenzó el 1 de noviembre y terminará el 30 de este mes.



Si nos vamos a la parte económica, y por aterrizar en algún caso concreto y no empezar baile de cifras, un contratado en la categoría D tiene destinada una subvención de 1200 euros, que sería un sueldo muy digno para esa formación si no fuera porque es el propio joven empleado es el que ha de sacar de ahí el pago para seguros sociales, retenciones, vacaciones, con lo que su sueldo real se queda en 700 euros. O sea, un trabajo a tiempo completo de lunes a viernes cualificado por 700 euros, y lo triste es que rápidamente justificamos todos con un ¡pues no está tan mal!, ¡para como está el patio!, ¡menos da una piedra!, ¡mejor que irse al extranjero!.

Pues les voy a refrescar la memoria para agitarles un poco el corazón: no hace muchos años se acuñó un término: los mileuristas. Y ese término designaba a aquellos que en cierto sentido eran explotados, pues cobraban por un trabajo a tiempo completo en torno a los mil euros, sólo unos mil euros. eran dignos de compasión. Pues ahora ser mileurista es todo un lujo, una aspiración para nuestros jóvenes. Los que lo son, pueden sentirse afortunados, tener trabajo, en tu país, cobrar por hacerlo, y encima con un sueldo de 4 cifras…más que afortunados son privilegiados.

No quiero poner la tirita antes de la herida. Creo que cualquier medida de fomento del empleo juvenil es una obligación de nuestros gobiernos (si o la principal ahora), aunque esta parezca una limosna. No deja de ser esa primera línea del curriculum necesaria para tachar la temida condición de las ofertas de empleo “necesaria experiencia”, pero me resulta casual que el plan haya salido en noviembre, y ahora acaba de salir el programa emplea joven 2015, justo en época de elecciones.

Otro lunes, de aquí a unos meses, comentaré desde aquí felicitaré a unos gobernantes que han dado un primer paso de un camino necesario de apuesta por el primer empleo juvenil, o recriminaré que se haya jugado con las ilusiones de una generación necesitada de trabajo, futuro y esperanza, hasta entonces feliz semana.



miércoles, 1 de abril de 2015

La Semana Santa debería tener poco de semana y mucho de santa

Muy buenas tardes. Semana Santa, procesiones, incienso, iconografía, tambores, cadenas, saetas, penitencia, cofradías, oración, religiosidad...¿pero se identifica Semana Santa con solidaridad, misa, Iglesia, sacramentos, amor a Dios y amor al prójimo?.

 Esto es un ejercicio de pura autocrítica personal: ¿somos una sociedad creyente?, ¿somos un pueblo cristiano?. Porque no me hagan creer que estas manifestaciones son meramente actos culturales. Los sentimientos y las creencias las podemos ver en cada una de las esquinas de nuestra ciudad. Miles de personas dejan que aflore su Fé....pero ¿y porqué no van a Misa?, ¿porqué somos cristianos de Navidad y Semana Santa?. ¿Porque la Iglesia está trasnochada?,perdón, la iglesia somos todos y cada uno de nosotros, incluso los más apartados. Pero es más fácil criticar que cambiar las cosas. Hacemos penitencia, damos gracias y pedimos perdón públicamente, pero ¿dónde estamos cada vez que una familia es arrojada de su casa?.

 Y soy el primero que hago autocrítica: ¿me debo de conformar con transmitir valores en mis clases o en esta columna?, ¿hasta dónde han de resonar mis palabras más que mis acciones?, ¿no debería ser al contrario?.

 La Semana Santa no debe quedarse en una semana, igual que “todo el año es Navidad”, “todo el año es Semana Santa”, todo el año hay inmigrantes que tratan de pasar a este cómodo lado del mundo para vivir de nuestras migajas, todo el año es Semana Santa porque todo el año hay personas en nuestros portales tirados, todo el año es Semana Santa porque todo el año hay niños en nuestros colegios que no desayunan ni meriendan porque sus padres están en el humillante paro. Y esta Semana Santa hagamos algún propósito por los demás, algo de lo que el próximo lunes nos sintamos realmente orgullosos, al menos algo gracias a lo cual el próximo lunes podamos pensar con orgullo “este año para mi la Semana sí se va con el apellido de 'Santa' en mayúscula”.