martes, 20 de mayo de 2014

Si somos capaces de salir a la calle por nuestros colores , ¿porqué no lo somos por nuestros valores?

Fin de semana de final de liga en Primera división, de celebraciones y decepciones. Lunes de tertulia, de análisis, de ronquera y lágrimas.

Desde pequeño soy muy aficionado al fútbol, a jugarlo, a seguirlo y cuando toca celebrarlo. 
El deporte en general y el fútbol en particular nos enseña lo que es el trabajo en equipo, la competitividad,  a ser pasionales y a analizar con frialdad, a reconocer errores propios y virtudes ajenas, a que cada uno aporta lo que le corresponde y es esencial en su puesto, y a la vez a que nadie es imprescindible, a saber ganar, a saber perder...en definitiva, es una escuela de vida.

La lección más repetida de hoy: “Si se cree y se trabaja, se puede”

Y quizá ese es el problema de nuestra sociedad, ni se cree, por la crisis de valores, ni se trabaja, por la crisis económica, con lo que lo de “se puede” ha quedado para aquel histórico “podemos” futbolístico que nos unió a todos por una vez.

Y el próximo fin de semana tenemos una cita importante, y no me refiero a la final de la Champions entre dos equipos españoles, sino a  las elecciones al parlamento europeo.

18 años de la última liga colchonera, o sea, los que nacieron entonces hoy peden votar, y no de alegría, sino ejercer su derecho a voto.

20 equipos en primera, y en el fondo hay que decantarse por Madrid o Barcelona. Pues más de el doble de partidos en las papeletas de las elecciones europeas, y en el fondo alineados en rojos o azules. 

Disfrutemos del fútbol, aprendamos sus lecciones, pero salgamos del recreo, de los pantaloncillos cortos y seamos responsables. Decidamos nuestro futuro, para ser como el Granada, de Primera, y para eso vayamos a votar y decidir nuestro futuro como nos enseña el Real jaén, con la “triple C”: cabeza, corazón y co....n  lo que hay que echarle a la vida 

Si somos capaces de salir a la calle por nuestros colores , ¿porqué no lo somos por nuestros valores?.

lunes, 12 de mayo de 2014

Las Matemáticas del final de la Liga

Llega el final de temporada futbolística, y vuelve a ser época de acordarse de las Matemáticas. Varias jornadas van ya en la que los equipos no paran de recurrir a esa ciencia, que se atraviesa en el colegio pero luego surge donde menos la esperamos. Que si tal equipo ya no tiene opciones matemáticas para ganar la liga, que si el otro está matemáticamente descendido, que si se pueden dar una serie de resultados para que cierto club pueda optar a una competición europea determinada. Y ahí tenemos a aficionados, periodistas, directivos y jugadores haciendo filigranas en vez de con el balón con la calculadora.

Y tras ejercer de matemáticos, comienzan otro tipo de cuentas, la de las primas a terceros. Calculadas todas las probabilidades se puede probar, matemáticamente, que el futuro de un club (y por tanto sus millones) puede depender del resultado de un partido que no juega el propio club, y llegan los interrogantes, ¿es moral primar a otros equipos para que ganen, y así el mío se beneficie?, y si es cierto como se dice que los maletines entran en los vestuarios, independientemente de que sea moral, ¿debería ser lícito la prima a terceros por ganar?.

Se suceden argumentos a favor y en contra, muchas veces reforzados por los propios colores. Si se normalizaran las primas a terceros, es claro que los equipos modestos en pugna con los poderosos perderían en el terreno de los maletines en caso de que ambos se encontraran enfrentados en ese otro terreno, y pasado el tiempo, de ser práctica aceptada, los equipos que tengan en sus botas la suerte de terceros, lícitamente no se esforzarían sin un maletín en el vestuario, y llegado el caso, los podría haber que en los finales de temporada, con su puesto resuelto, hicieran suficientes cálculos como para enfocar el final de la competición para que les saneara las cuentas de la temporada los maletines provenientes de terceros,... para lo cual a más de uno le interesaría a final de temporada, en lugar de invertir en un nuevo delantero, hacerlo en un nuevo matemático. 


Y es que las Matemáticas son el lenguaje con el que está escrita la Liga....y hoy no quiero concluir sin darle todo mi apoyo al Real Jaén y al Granada Club de fútbol, deseándoles a ambos la permanencia.

martes, 6 de mayo de 2014

El Menor y las TIC


Igual que los más mayores de esta sociedad fueron educados en las normas de circulación por sus mayores, a pesar de que en su infancia apenas había automóviles;el desconocimiento no es excusa para que los padres de hoy deban educar a los más pequeños para que se desenvuelvan por las autopistas de la información siguiendo unas pautas y con ciertas normas de cortesía. 

(Si le añadimos que los padres de hoy tenemos una falsa seguridad al no tener unos hijos tan callejeros como los de anteriores generaciones, y estamos tranquilos cuando están en sus habitaciones con sus consolas, smartphones, etc. podemos estar generando un problema )

Los peligros los tienen los menores y adolescentes en su mano; desde los más reconocidos, a los que se les ha puesto un anglicismo para referirlos, como el ‘grooming’ (o el ciberdepredador), al ‘ciberbullying’ (o acoso escolar auspiciado por las redes sociales);  al ‘sexting’ (intercambio de imágenes personales entre, normalmente quinceañeros enamorados, mal empleadas una vez rota la relación), hasta los que sin tener esas referencias no dejan de ser peligrosos especialmente para los más pequeños; como las posibilidades de acceso directo a pornografía dura, a contenidos violentos o xenófobos, apología de las drogas, de la anorexia, o contacto con sectas por dar algunos ejemplos. 

Y es que, igual que en el parque, en la tecnología el control parental es imprescindible, pero ¡ojo!, el control no es prohibición (recordemos que son nativos digitales, y privarles de ello es como en otras épocas prohibirles salir de casa; ellos no cenan y entran en Internet, sino que están en Internet y paran para cenar). El control parental tampoco es espionaje; sino que debe tener dos vías: un control activo (con herramientas que impidan el acceso involuntario a contenidos inadecuados) y el, quizá más importante, control pasivo, educando e informando al menor, con diálogo permanente y confianza mutua.

De esto y otras cosas hablaré en unas horas en el VI Congreso Nacional sobre Justicia Penal Juvenil, dirigido por los profesores Ignacio Benítez y Mª José Cruz, pero les lanzo esta píldora de conocimiento para motivarles,  pues creo que todos estamos obligados, en conciencia, a seguir formándonos, ya sea académicamente con estudios superiores, o de forma extra-académica a través de cualquier vía, pero no son temas banales. Queridos oyentes, La formación es el pasaporte hacia el futuro.