martes, 25 de noviembre de 2014

nuestra vida es una partitura...

¿Se imaginan su vida sin música?, ¿los anuncios sin música?, ¿las tiendas, centros comerciales,...sin sonidos?, ¿las fiestas y ferias sin canciones?, ¿la Navidad sin villancicos?, ¿sus quehaceres, el bajar a la Universidad, los momentos felices, tristes o íntimos sin música?, ¿se imagina usted sin cantar, tararear o recordar esa canción...?.

Les voy a hablar de música porque el sábado fue el día de su patrona, santa Cecilia. No imaginan nada de lo que nos rodea sin música porque la música es algo innato al ser humano, está en nuestra esencia, todos tenemos música dentro, necesitamos encontrar nuestra música, nuestra vida es una partitura que vamos escribiendo, una banda sonora que va desde los cantos del colegio a experiencias profundas enmarcadas entre notas musicales. La música no distingue, nadie se salva, está ligada al ser humano independientemente de género, raza, cultura, condición social,...

¿Y porqué es tan esencial sin que apenas lo notemos?, pues entre otras cosas porque, si se dan cuenta, logra transmitir sensaciones de manera inmediata que otras formas de arte no logran. Por una parte despierta emociones, estados de ánimo en nosotros, nos evoca recuerdos de personas, o situaciones de manera directa y con sólo escuchar unas notas. Por otra es capaz de acompañarnos en los momentos de soledad mitigándola, nos da serenidad en los momentos de tristeza o nos ayuda a aflorar y potenciar la alegría en las celebraciones. Nos cambia, modera o potencia el estado de ánimo.

Decía Platón que la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.

Dicho esto, sería interesante reconducir esa parte esencial de nuestra vida, formarnos en música, al igual que, siguiendo el paralelismo de Platón, nos esforzamos en no hacer ejercicios gimnásticos que nos produzcan lesiones, deberíamos aprender a vivir la música, para no producirnos lesiones o tirones en el alma.

Y es que la música está ligada a cada momento de nuestra vida, y a la vez, cada momento necesita una música.

Recuerdo un tuit que leí el otro día y decía: la próxima vez que me enamore sólo oiré a Camela, por si se rompe la relación no odiar mi música favorita.

Y esa es otra de las cualidades de la música, está íntimamente relacionada al amor, no hay enamoramiento sin música, ni ruptura sin ella. Decía Oscar Wilde que “El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.”, y es que, en palabras de Victor Hugo “La música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio.”

No olvidemos que nuestra vida es música, así que compongámosla como tal, con armonía, con ritmo, belleza, sensibilidad, armonía, con sonidos dulces, descartando las notas altisonantes, de manera que quede una obra bella que perdure a nuestro propio ser.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cuando los pequeños tienen todo el poder...o ninguno

A menudo me preguntan por el tema del voto útil en las elecciones, pero en esta época de desencanto generalizado y de resurgimiento de nuevas opciones políticas, votos de castigo, etc, la pregunta está en el ambiente. Es cierto que es un tema muy profundo, pero les voy a dar alguna noción (sin entrar ni siquiera en nuestro sistema electoral) para que decidan con conocimiento.

Les voy a hablar del “Índice de poder de Banzhaf” inventado por el matemático inglés Lionel Penrose en 1946 y reformulado por el abogado y matemático norteamericano John F. Banzhaf en 1965. 


Supongamos que tras unas elecciones (o en las participaciones de una empresa) acaban saliendo tres partidos con una representación del 40%, el 35% y el 25%, o por poner unas cifras más redondas (aunque de igual efecto) del 49%, 49% y el 2% restante. 
Aunque haya dos con una representación de casi el 50% y otra con sólo el 2% es evidente que para alcanzar las mayoría es necesaria una coalición de dos fuerzas cualesquiera, y repito, cualesquiera. 

Por tanto, a la hora de hacer efectivas las decisiones los tres partidos tienen el mismo poder.

Pongamos otro ejemplo en sentido contrario, y de nuevo con cifras memorizables, aunque evidentemente es aplicable a las cifras habituales: Pongamos ahora que salen 4 partidos con una representación porcentual de 45, 44, 7 y 4. En este caso, para obtener el 51% de los votos vale cualquier coalición de dos grupos de entre los tres primeros, que tienen 45, 44 y 7. Dos cualesquiera de ellos forman mayoría. Sin embargo, el cuarto grupo, con un 4% no tiene ninguna capacidad de decisión, no tiene ningún poder, a pesar de que no difiere mucho su porcentaje del tercer grupo. 

O sea, que de igual manera un partido con poca representación puede tener la llave del gobierno como ser completamente invisible para la toma de decisiones.

Conclusión: voten guiados por sus principios y su conciencia y algo de inteligencia.


jueves, 13 de noviembre de 2014

Cocinando el barómetro de opinión del CIS

La semana pasada, con más expectación y retraso del habitual, salió el barómetro del CIS de intención de voto. Ante tanto 'opinador' experto voy a tratar de darles algo de información, que conoce cualquiera de mis estudiantes que ha cursado Diseño de Encuestas y Técnicas de Muestreo, para que saquen sus propias conclusiones: Señalar primero que la encuesta no es más que una apreciación del estado de ánimo de la sociedad, tomarle la presión, de ahí que se denomine por el término climatológico barómetro de opinión. La encuesta debe entenderse como un todo, conocer todos los ingredientes, no sacar conclusiones de preguntas aisladas, de ahí que nos la den cocinada (mejor o peor), ¿y eso en qué consiste?, pues en utilizar todos los datos, ingredientes, para obtener lo más fielmente posible la opinión pública, se lo diré con ejemplos. A veces se buscan las respuestas por métodos indirectos, si a un encuestado le preguntas directamente que si tiene internet puede contestar por pudor, por su situación social, que sí. Buscando ese dato, se incluye en un cuestionario para que señalen de lo que dispone en el hogar: teléfono, televisión, lavavajillas, parabólica, consola, plasma, móviles, internet. Con lo que la respuesta buscada es más exacta.
La veracidad de las respuestas suele cotejarse con las que se dan a preguntas de control, por ejemplo, si algún encuestado no conoce ni identifica al candidato o candidata, pero sí conoce el partido político por el que votará; o por contra identifica a un candidato o candidata pero lo ubica en un partido diferente al que lo presenta. Para obtener el resultado más preciso se pregunta por ambos y se cotejan las respuestas. Si se analiza el barómetro mencionado se puede comprobar como el número de indecisos supera al de votantes directos a la primera opción, y como lo que se trata es de estimar la intención de voto entonces se pueden comprobar que hay otras preguntas que parecen menos importantes pero ayudan a hacer esa fotografía: Teniendo en cuenta las respuestas a preguntas tales como a quien no votaría nunca, por qué partido tiene más simpatía, a quién votaron en las pasadas elecciones, y se sazona con el datos de la fidelidad tradicional de voto de cada partido, pues nos da los resultados “cocinados”. Pero como en los programas tan de moda, cada maestro de cocina tiene sus propios trucos e ingredientes y le da su propio sabor. Dicho todo esto, nunca debemos olvidar para quien se cocina, quién paga el plato, pues siempre tratará el chef de hacerlo a gusto del comensal, y aquí viene la parte menos científica: es evidente que una encuesta no sólo mide lo que hay sino que provoca reacciones sobre los mismos votantes, ya sea de movilización por miedo, de pasividad por verlo muy claro, de cambio de voto buscando el tan traído y llevado voto útil, etc. Pues queridos oyentes, les acabo de poner mi punto de sal, con el objeto de siempre, que nada se les indigeste, sino que tengan el conocimiento para que sean ustedes los que saquen sus propias conclusiones...y que aproveche.


martes, 4 de noviembre de 2014

El enamoramiento con datos del WhatsApp

En cierta ocasión comentaba cómo el cruce de millones de datos de las compras que se hacen en los centros comerciales permite, por ejemplo, comprobar cómo suele haber cierta relación entre comprar cerca del fin de semana cervezas, aperitivos y pizza, junto a pañales, toallitas y tarritos infantiles; y eso corresponde a las parejas jóvenes que cambian los hábitos del cine por la película o serie en casa con la llegada del bebé. 

La interconexión digital actual permite obtener datos de donde menos esperamos y de ahí conclusiones muy enriquecedoras. Así,  (http://adashofdata.com/2014/10/14/how-text-messages-change-from-dating-to-marriage/)  la ingeniera Alice Zhao  hace un curioso estudio de todos sus WhatsApp que intercambió con su pareja en sus primeros años de noviazgo y los compara con los de su primer año de casados; El resultado no puede ser más descriptivo, y es una prueba más de cómo los datos certifican realidades antes imposibles de medir, aunque algunas veces predecibles:

Una vez casados, las palabras más repetidas por el marido son “casa”, y por ella “OK”, y entre ambos una de las que destaca es “cena”. Sin embrago, en la época de noviazgo eran “Amor”, el nombre del otro, y el saludo “Hey”.

En cuanto a las frases, se pierden las frases de soltero: “Te quiero, nena”, “ten un buen vuelo” (ella vivía fuera)  o “Que tengas dulces sueños” y las que se repiten son del tipo “nos vemos en casa” o relativas al trabajo.

Y si bien el tema de la cena es recurrente en ambos periodos, el contexto pasa de “¿Estás libre el lunes para la cena?” al “¿Qué hay de cena?”.

Es evidente que una vez casados hay frases que se pueden decir cara a cara, pero ¿no es también cierto que de las 24 horas del día hay momentos en los que no se está cara a cara y no hay porqué dejar el romanticismo?

Deberíamos echar todos un poco la vista atrás, y otro poco subir por nuestro WhatsApp, y buscar qué ha cambiado para peor en nuestras frases; porque sería muy triste que la palabra “Amor” también haya desaparecido de nuestros mensajes a lo largo del tiempo.. Por si acaso, dediquen un minuto a coger el WhatsApp y decirle a su pareja cuánto la quieren; que si este sistema de mensajería ha sido la causa de 28 millones de rupturas, lo sea también del fortalecimiento de su relación de pareja.