lunes, 21 de enero de 2013

Para ciclogénesis explosiva nuestro entorno

Ahora resulta que en España estamos entre varias ciclogénesis explosivas, bonita palabra, ciclogénesis explosiva. Una nos ha dejado, manga por hombro, este fin de semana y otra parece que viene.

Hasta hace dos años nadie había oído hablar de ese fenómeno y ahora parece que se ha puesto de moda. Sí de moda, porque parece que hasta a este tipo de fenómenos les afectan las modas. ¿O no recuerdan los aerolitos del 2000?, venga a caer trozos de hielo estratosférico, todos con los aerolitos, y de pronto desaparecen. Por cierto, era tan una moda que ni siquiera el nombre era científicamente correcto. Un aerolito es, literalmente, una piedra aérea, son trozos de cometa desintegrados; lo que caía en España se llamó asó erróneamente, su término correcto es megacriometeoros. Pues la ciclogénesis explosiva es un fenómeno sencillo de explicar:es la génesis (generación o creación) de una perturbación o borrasca (ciclón) en muy poco tiempo. Explosivamente. Si una borrasca se forma por una bajada de presión, cuando esta es brusca la borrasca se hace muy fuerte en poco tiempo.

Curioso, generación brusca de una borrasca. O sea, que en España tenemos ciclogénesis explosivas como para devolvérselas a Thor, y podemos ponerle nombres como a los huracanes: la ciclogénesis Bárcenas, generación brusca de una borrasca causada por unos cuantos millones de euros en Suiza; la ciclogénesis Pujol, de origen similar a la anterior pero con su ojo del huracán en Andorra y ramificaciones en varias islas, o la ciclogénesis independentista de Mas, que está realmente de más en estos tiempos en los que hay que sumar, no dividir; o la de Urdangarín, más conocida por la dificultad del nombre, como la del yerno, otra generación brusca de una tormenta. Pero no sólo las hay en política, tenemos la Amstrong, que es capaz de arrastrar un ídolo, lo que parecía un modelo a seguir.

Y con la que está cayendo ¿qué nos recomiendan los expertos?: no salir de casa, cerrar puertas y ventanas a cal y canto, y esperar a que escampe...para las meteorológicas vale, para el resto se resuelve de la manera contraria: salir, quejarse, abrir puertas y ventanas para airear, y sobre todo mojarse: mojémosnos, impliquémosnos, no basta con quejarnos del sistema, metámosnos en él.

La mejor manera es cambiar las cosas desde dentro. Queridos oyentes, no sólo les sugiero que se mojen, les pido que se empapen.