miércoles, 23 de marzo de 2016

Laico antilaicista

La Iglesia somos todos, no como dice la gente “los curas y las monjas”, sino que cada uno de los que creemos, los laicos, también somos Iglesia, y hacemos Iglesia. Y laico, según el diccionario, es el “Que no tiene órdenes clericales”. Pero hay una segunda acepción de laico, que es: “Independiente de cualquier organización o confesión religiosa”.

Como laico, según la primera acepción, asimilé que no sólo debo respetar a los que no creen como yo, sino que incluso a ellos debo de tratarlos con amor, y dentro de esta bondad entiendo que no debo aspirar a que los que no han tenido la fortuna de tener Fe tengan que tragar con mi credo. Por tanto es coherente incluso defender el laicismo de las instituciones públicas según la segunda acepción. O sea, no es incoherente ser una laico católico laicista.

Sin embargo el mismo diccionario de la lengua, conforme evoluciona el significado de las palabras, va incorporando nuevas acepciones. El día a día nos indica que en nuestra sociedad española (quizá no en el resto del mundo hispanohablante) el laicismo es aquella corriente que, utilizando la palabra para ser políticamente correctos, ataca los sentimientos católicos, se mofa de ellos, realiza cabalgatas de reyes esperpénticas con el objeto de ridiculizar tradiciones, ataca a la fe católica, procesionan vaginas, o entra en iglesias enseñando su vergüenzas y a la vez su poca vergüenza, y lejos de arrepentirse o pedir perdón (todos nos equivocamos) defiende a quien es condenado por atacar de mala fe los sentimientos más profundos de sus conciudadanos llamando laicismo a lo que es fobia al católico.
¿No tienen nada mejor que hacer?, ¿no tienen ideas para combatir el paro?, ¿no pueden crear normas, leyes o decretos contra el nepotismo?, ¿no pueden actuar contra los que cobran becas black o usan dinero manchado de sangre?, ¿creen que lo primordial en esta sociedad es atacarnos?

Si esto es laicismo, creo que soy un laico antilaicista. Y propongo que en la próxima revisión del diccionario de la Lengua Española, añadan la tercera acepción de laicista como intransigente que concentra su resentimiento en odio hacia los que creen en el catolicismo y actúan en consecuencia y de mala fe.


Si han venido para despertar los viejos resentimientos entre rojos y azules, si su principal objetivo es mofarse de mis creencias, yo hasta me quedo con la casta.




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