martes, 3 de febrero de 2015

¡Ya está bien de maltratar la Educación!

El pasado viernes aprobó el consejo de ministros un real decreto para reorganizar la duración de las carreras universitarias, 

Llega tarde y a la vez precipitado. 

Tarde porque el propio Ministro anunció en 2012 que el sistema precisaba una reforma urgente. 

No tiene sentido que en España se reformaran las enseñanzas universitarias con el pretexto de adaptarlas al marco europeo y lo hiciéramos mal, ofertando titulaciones de 4 años homologables con las de nuestros países vecinos de 3 años. 

Y precipitado porque una reforma de ese calado no se puede plantear sin un mínimo consenso, y cuando ya se oye el ruido de desempolvar las urnas, a menos de un año del fin de mandato. Porque no se puede plantear ese cambio cuando apenas han salido egresados con el sistema de Bolonia y no se han evaluado los resultados. ¿ahora qué?, ¿si hay universidades que ponen grados de tres años simultaneados con los mismos de cuatro?, ¿qué oferta reciben los alumnos?, ¿y qué deben hacer las universidades?, ¿hay que apresurarse en las Facultades por reducir un año la duración de los títulos?, porque eso, no nos engañemos, lleva al tema del reparto departamental de créditos tratando de mantener la carga docente de las áreas de conocimiento, para no perder docentes en un momento sin apenas tasa de reposición; por tanto para nada pensando en la calidad docente ni en el alumno.

Nunca aprenderemos:

Mientras no se haga una reforma educativa que vertebre todo el sistema, desde los inicios hasta la universidad, enfocado a la sociedad, a la mejora, al trabajo, a los valores, y mientras cada reforma tenga como centros neurálgicos de atención las lenguas cooficiales, la cultura e historia locales o autonómicas, y la religión o el anticlericalismo, mientras no se haga entre todos y para todos, mientras no se debata por las matemáticas, el inicio de la lectura y la escritura, los valores, la literatura y el arte universal, la música, las habilidades tecnológicas, la economía, etc...España será una país, o varios trozos de un país, sin futuro, dependiente, acomplejado, inculto, mal preparado y manejable.

Todo padre sabe que la mayor riqueza que le puede dar a su hijo es la educación, pero como sociedad nos preocupa mucho el fútbol, el ladrillo, los rifirrafes políticos y de la farándula, pero la educación nunca es prioritaria, y así nos va generación tras generación...y ya tienen nuestros jóvenes su apellido, por nuestra culpa, son tristemente la “generación perdida”, ¿hasta cuando?.


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