¿Y conoces el refrán? ”no sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió”, pues lo dice la sabiduría popular, si esos que tanto critican, tras un golpe de trabajo o de la fortuna, llegan arriba no son mejores. Cuando se alcanza un puesto de responsabilidad, ya se ve de manera diferente, y una habilidad que da el sillón te permite justificar lo que antes se criticaba. Y si para colmo los de tu misma categoría hacen ciertas cosas reprochables...”como todos lo hacen”, “es que va en el cargo”, o utilizamos el “para que se lo lleven los otros”, y ante las acusaciones el consabido “y tu más” (me gustaría saber en quienes están pensando, pero yo no estoy hablando de políticos), me refiero a todos, y puestos de responsabilidad hablo incluso en juegos entre hermanos pequeños.

Es tan difícil hacer autocrítica como verse por dentro sin un endoscopio, y sin embargo para autobesarnos no tenemos problema ni reparo. Pues hagamos autocrítica y mejoremos, y si subimos económica, política o socialmente, hacia el vértice de la pirámide, no perdamos el norte. Ahí tenemos el ejemplo del Papa Francisco, no hay costumbre ni rutina que pueda con un corazón justo. Verán que pronto los que aparecían en su segunda comparecencia con la cruz de oro, mientras él no la llevaba, en la próxima no la tienen. Ese es el liderazgo, el que contagia.
Un gran líder no es el que tiene más seguidores sino el que genera más líderes. y como decía Mahatma Ghandi “Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Toda opinión, desde el respeto, es bienvenida