lunes, 9 de marzo de 2015

Mujer...perdón

Ayer fue 8 de marzo de 2015, conmemoración de la llegada hace sólo 100 años de la mujer a la Universidad. No hace mucho de eso, y no podían asistir a clase, y cuando comenzaron a acudir era bajo permiso paterno (o del marido) y sin darle título pues no podían ejercer. 8 de marzo de no hace muchos años. Y a fecha 8 de marzo de 2015, hay países en nuestro mundo, a pesar de la globalización, donde aún las mujeres no pueden estudiar por ser mujeres, ni hacer cantidad de actividades sin el permiso de los hombres, y esto sucede no muy lejos de aquí. 

Año 2015, 8 de marzo. España. Las mujeres cobran menos, por hacer el mismo trabajo que los hombres con las mismas responsabilidades. Una vergüenza cuando en un futuro se refieran a nuestra generación, a este año, a esta época, en la que nos las damos de modernos, adelantados, cultos, inteligentes,...pero seremos recordados así, como una sociedad, ésta a la que pertenezco, que  las trataba como inferiores. Me opongo y me niego desde aquí, y pongo esta columna, a mi persona y lo que esté en mi mano contra esta vergüenza. 

Y no es cuestión de feminismo, es cuestión de ser una persona, de tener un mínimo de inteligencia, sentido común, de filantropía.

Pero ya hoy es 9 de marzo, y llega el evento Apple que quizá presente el esperado iwatch, y mañana es 10 de marzo, y serán las elecciones a Rector en la Universidad, y pasado tenemos en Jaén un foro sobre Fútbol y redes sociales en el que tengo la suerte de intervenir, y el jueves será 12 de marzo...y así, sucesivamente el 8 de marzo quedará en el olvido, y ellas seguirán en esta España de 2015 teniendo que poner un extra para llegar donde nosotros. 

El 8 de marzo debería ser como el día de la marmota, el 2 de febrero, en la película de “Atrapado en el tiempo”, que nos volviéramos a despertar todos en ese día y no pasara al 9 de marzo hasta que finalizara toda discriminación por razón de sexo. 

Y ojalá en un futuro muy cercano alguien oiga este audio (o lea este post) y le suene tan ridículo como nos resulta ahora a nosotros que hace 100 años las españolas no pudieran acceder a estudiar en la universidad. Hoy me duele ser hombre en esta sociedad injusta con vosotras, y os pido Perdón


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